“El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.”
S. Juan 10:10 RVR1960
En este texto encontramos dos verdades, la primera que el adversario está enfocado en destruirnos en todo tiempo, pero también encontramos una verdad superior y es que nuestro amado Señor Jesucristo está enfocado en que tengamos vida en abundancia, que también es el deseo de cada creyente. Lamentablemente, muchos y en muchas ocasiones no lo disfrutamos, no porque Dios no quiera, sino porque nosotros no tenemos la actitud correcta y el enfoque necesario. Debemos luchar por nuestra vida abundante teniendo en cuenta que nuestro amado Señor Jesucristo pagó el precio, es su deseo y nosotros solo debemos apropiarnos de ella al rendirnos ante Dios con un corazón contrito y humillado; transparente, lo más honesto posible, esa actitud nos califica para poseer el mayor tesoro, la vida abundante. Enfoquémonos solo en Dios, no hay nadie ni nada que pueda impedir ser llenos de su amor y disfrutar de su compañía, al menos que nosotros le otorguemos ese poder a algo o alguien; por eso, nuestro norte debe ser siempre luchar por mantener la intimidad con nuestro Eterno y Todopoderoso Dios.
Reflexionemos
¿Qué cosas están impidiendo o perturbando disfrutar de la vida abundante que Cristo nos prometió?
Oremos
Dios Todopoderoso, ayúdame a tener la actitud correcta ante ti y estar enfocado siempre en ti, en no otorgarle a algo o alguien el poder robarme la bendición de disfrutar, vivir en y para ti plenamente.
Ps Ana y Eliu Siso
