Tema 7. Resolución de Conflictos

Tiempo de lectura: 7 minutos

««Si os enojáis, no pequéis.» No dejéis que el sol se ponga estando aún enojados».

Efesios 4:26 BAD

Objetivo del Tema

El objetivo del tema es equipar a los Líderes  para  la tarea de enfrentarse a un conflicto con gracia y con confianza para que puedan resolverlo sin ofender a otros ni destruir las relaciones.


Vivimos en un mundo imperfecto como pecadores redimidos. Las escrituras nos dicen que: «Porque no se justificará delante de ti ningún ser humano» (Salmos 143:2.)A lo sumo, somos imperfectos pasando por el proceso de ser transformados poco a poco a la imagen de Jesucristo(2Cor3: 18).En este proceso decimos y hacemos cosas (sin querer la mayoría del tiempo) que ofenden a otros. Los sentimientos son heridos y luego hay conflictos. En un mundo pecaminoso habrá conflictos pero si no tratamos de resolverlos acabaremos por destruirnos. Como les dice Pablo a los Gálatas,»Pero si os mordéis y os coméis unos a otros,mirad que también no os consumáis unos a otros».

Como Líder de la Iglesia,es necesario que Ud. mantenga buenas relaciones. Aunque este tema trata de resolver los conflictos, naturalmente es mejor evitarlos si es posible. ¿Qué debemos hacer para que se lleven bien unos con otros y también con Dios? Dios nos ha dado la responsabilidad y el método de manejar los conflictos. Asegúrese que Ud. haga una aplicación personal con estas enseñanzas. Luego Ud. podrá ayudar a otros en el «ministerio de la reconciliación» (2Cor 5:18).

Pensamientos iniciales sobre la resolución de conflictos

A. Por nuestra imperfección,no se pueden evitar los conflictos

Solo la persona perfecta podría pasar por esta vida sin conflicto alguno (Sant 3:2). Cada uno de nosotros podríamos relatar unas historias de conflicto que hemos tenido con otros. Aunque estamos de acuerdo ideológicamente con Gálatas 5:24–«Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos». La experiencia nos ha mostrado que no hemos llegado a una vida sin pecado. Así que, no nos debemos sorprender cuando surge un conflicto. Al mismo tiempo, no deberíamos aceptar con fatalismo que los conflictos sean una parte necesaria de la vida cristiana. Vamos a estudiar como Cristo quiere que resolvamos los conflictos y que nos reconciliemos unos con otros.

B. Lo difícil de la confrontación

Algunos conflictos se pueden resolver fácilmente confesando el error, pidiendo perdón a las otras personas y haciendo los cambios debidos. Otros conflictos puedan requerir una confrontación. ¿En qué piensa cuando escucha la palabra «confrontación»? Normalmente pensamos en algo «negativo». Las siguientes suposiciones sobre la confrontación realmente no son la verdad, pero impiden que la gente trate abiertamente con los otros.

  1. La confrontación siempre hace daño.
  2. Cuando está envuelto en una confrontación,lo más importante es ganar.
  3. El poder siempre gana al final de un conflicto y de una confrontación.
  4. La confrontación y el conflicto destruyen relaciones.

Ninguna de las frases previas es cierta. Pero puesto que muchas veces pensamos que son ciertas, nos prohíben el tratar con problemas que tenemos de vez en cuando.

Cuando nosotros los Cristianos hablamos de la confrontación en el contexto de una resolución de conflicto,estamos hablando de ir a otra persona con quien tenemos un conflicto con una actitud de amor y con un deseo de reconciliación.Esto no significa que deberíamos andar por las ramas y evitar la raíz del problema. Deberíamos hablar la verdad el uno con el otro porque «todos somos miembros los unos de los otros» (Ef 4:25). No debemos permitir que ninguna»palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación» (Ef 4:29).

C. Los resultados de evitar y resolver los conflictos

Rehusar tomar parte en la resolución de un conflicto en la iglesia, en casa, en el trabajo o con un amigo realmente puede ser dañino.Es posible que le hayan enseñado que es mejor guardar silencio, pero cuando pasa eso, el odio crece por dentro de uno y comienza a»corroer como cáncer». En Efesios 4:26-27 nos aconseja: «no se ponga el sol sobre vuestro enojo». Si lo hacemos, «damos lugar al diablo».

La resolución de los conflictos es asunto del evangelio

A. El evangelio nos libera para tratar con el conflicto

El Evangelio nos da rienda suelta para ir a otros para discutir las cosas que nos han afectado. Para experimentar completamente esa libertad, primero debemos entender nuestras propias debilidades y temores. Cuando entendemos las situaciones que nos han afectado, podemos enfrentar una confrontación sin ser amenazados.

Muchas personas usan los siguientes motivos para evitar conflictos. Cuando sabemos nuestros temores en cuanto a los conflictos, está claro como el Evangelio es el asunto verdadero.

  • Temor de estar equivocado.
  • Temor de perder la batalla.
  • Temor de ser rechazado.
  • Temor de lo que pensarán los otros.
  • Temor de ser confrontado por el otro.

¿Puede Ud. relacionarse con algunos de estos temores? Si puede, quizás el problema sea lo que Ud. piensa de sí mismo. Es posible que a la persona con los temores antes mencionados le encante ministrar, pero él o ella se preocupa más por su reputación o sus sentimientos personales. Sin embargo, si la persona piensa en el Evangelio, entonces él o ella entiende que Jesús es El que le da la justicia y la reputación. En tal caso, los temores de arriba realmente no son problemas. Nuestra seguridad y nuestra reputación están en Cristo. Estamos movidos por el deseo de ministrar y amar, no por el temor,ni por el castigo o una buena impresión. Las personas se sienten más seguras con otras que no se preocupan por su propia reputación. Comprender su posición en Cristo puede darle confianza para confrontar a otros abiertamente.

B. El Evangelio provee el modelo para resolver los conflictos

Al escribir a la iglesia que fundó en Éfeso, Pablo describe el conflicto que había entre los judíos y los gentiles así como la reconciliación que está disponible en la cruz (Ef 2:11-16). El mismo carácter del Evangelio nos muestra como amarse el uno al otro aun durante un conflicto.

Cuando estamos en un conflicto con otra persona pensamos naturalmente, «Yo tengo razón y tú estás equivocado». Cuando pensamos así nos agarramos a nuestra propia justicia y demostramos que estamos ciegos en cuanto a nuestras imperfecciones ya nuestros pecados. No queremos admitir nuestras insuficiencias y la necesidad de ser perdonados.

La actitud de «yo tengo razón y tu no «contrasta con el mensaje del Evangelio que provee un ejemplo diferente para resolver los conflictos. Para resolver el conflicto extremo entre el hombre y su Creador, Jesús cedió sus derechos, se humilló (Fil 2:5-8) y sufrió (1 Pedro3:18), haciendo posible una resolución.

¿Cómo sería si tuviéramos esta actitud con los otros? ¿No sería más fácil resolver un conflicto si estuviéramos dispuestos a humillarnos en vez de querer proteger nuestro orgullo? Esta es la actitud que Jesús tiene para nosotros. Su ejemplo nos lleva a una vida en que podemos ceder el «derecho de tener razón» y considerar las necesidades de los otros más que las nuestras (Fil 2:2-3)

La enseñanza del  Nuevo  Testamento en cuanto a la resolución de los conflictos

Mateo 18:15-17

Jesús nos da una idea muy clara sobre lo que El espera de Sus seguidores en cuanto a la resolución de los conflictos. Lea este pasaje y no te los principios que Cristo nos da para resolver los conflictos.

• Note que la parábola de la oveja perdida precede este pasaje y la parábola del siervo sin piedad sigue estas instrucciones sobre el conflicto.

2 Corintios 5:17-21

Deberíamos tratar con un conflicto de una manera que es bastante diferente que la del mundo. Como dijimos previamente en esta lección, Jesús tomó nuestros pecados para que pudiéramos tener Su justicia (2Co 5:21 ).Note las palabras de Pablo a los Corintios en ese contexto:

«Y todo esto proviene de Dios,quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo,y nos dio el ministerio de la reconciliación;que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombressus pecados,y nos encargóa nosotrosla palabrade la reconciliación. Así que,somosembajadores en nombre de Cristo,comosi Dios rogasepor mediode nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.» (2 Corintios 5: 18- 20)

Es interesantenotar que inmediatamente después de describir Pablo lareconciliaciónque tenemos en CristoconDios,hacesaberqueCristonoshadadoel ministerio de lareconciliacióny que nosotrossomos losembajadoresde Cristo.Usando esta terminología,Pablo indicaque hacemos por los otros lo que Cristo ha hecho por nosotros.

Amando a los otros

Cuando miramos las situaciones de conflicto, es importante tratar de restaurar la relación. La confrontación es una oportunidadpara ayudar a otras personas.El propósito nunca es para castigar o destruir. Es crucial tener una actitud de amor para con la gente con quien trabajamos.

Mateo5:40-41es un buen lugar para ver lo que Jesús nos manda hacer con las personas que nos oponen. Amamos a los enemigos y oramos por los que nos persiguen (Mateo 5:44). Jesús nos manda hacer cosas que les sorprende a los otros, como caminar dos kilómetros en vez de uno (Mateo 5:41), o darles a otros más de lo que nos piden (Mateo5:40). Esta es la ofensiva de amor en que Jesús nos manda participar. Estas son las armas que Él nos da para ir a la batalla.

En Romanos 12:14-21, vemos los mismos pensamientos expresados por Pablo que acabamos de ver en las palabras de Cristo. La actitud que de vería expresar el cristiano cuando hace frente a una situación hostil es una actitud de bendición, identificándose con los que le rodean, llevándose bien con los otros, no vengándose y sobrecogiéndolo malo con lo bueno.

Ayuda práctica para la resolución de conflictos

A. Cómo tratar con los conflictos

  1. Discernir sus motivos personales.
  2. No suponga que Ud. entiende la situación completamente.
  3. Comience con Ud. mismo.
  4. Comience usted animando

B. Aceptando la crítica

  1. Mírelo sin prejuicios
  2. . No lo tome Ud. muy en serio hasta que haya sido confirmado

 Rreflexionemos

Un conflicto noresuelto puede ser una de las cosas más dañinas para la vida personal e interpersonal. Si Ud. tieneun conflicto con otro creyente, colaborador o familiar que no ha sido resuelto, tome los pasos ahora para buscar la reconciliación. Es posible que encontremos el valor para amar a otros como Jesús nos ama a nosotros.

Oremos juntos

Amado padre Perdóname por no enfrentar los conflicto ni resolverlos, te pido que me ayudes en la posición que me has dado de embajador y que desarrollar el Ministerio de la reconciliación.

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